Pasa el tiempo, pasa la vida en el bosque, sin muchos sobresaltos, pero sí rápido y a la vez lento. Esa sensación de ambigüedad tenía Enano en su mente, porque ya estaba a una semana y media de su primer examen y durante el día era incapaz de estudiar. Las altas temperaturas del bosque, el cansancio acumulado durante todo el año, algunos factores más eran suficientes para que se pasara el día mirando a las telarañas que ya empezaban a aparecer por su cuarto, debido a que la elfa-limpiadora estaba de vacaciones. Pero, bueno, Enano no se lamentaba de su flojera, y aunque poco, algo conseguía estudiar, ¿será suficiente? no lo sabremos aún.
El jueves cambió un poco su suerte, y la de sus amigos, ya que iban a salir con unas ninfas muy guapas. El miércoles estuvieron planearon que iban a hacer la noche del jueves pero claro, los planes no salen siempre como se organizan y más si se organiza con féminas, y así fue, el plan falló estrepitosamente. Se buscó un plan B pero el único plan era ir a la guarida de Ent, que estaba sólo en casa, para cenar todos, pero Ent tenía cosas que hacer, y el plan B también falló.
Cada uno echó como quiso la noche del jueves, hay quién se acostó temprano, otro vio una película y habló con un par de ninfas, y Enano, por ejemplo, habló con Sílfide hasta altas horas de la noche, porque no le dejaba irse con su dulce canto. Pero al final Enano pudo escapar del temible canto de Sílfide y así pudo descansar feliz.
Cuando Enano se levantó, le costó hacerlo, no sabía por qué, pero solo quería estar tirado, menos mal que por la tarde sus amigos le levantaron el ánimo proponiéndole salir y diciéndole que no había ninguna manera de que el plan saliera mal, ya que no iban ninfas con ellos. ¿Será esto bueno o malo para estos amigos?...
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